Escleroterapia: Como eliminar las varices de forma definitiva

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Las varices afectan a millones de personas, especialmente a mujeres, donde el 40% de las embarazadas las desarrollan durante la gestación. La escleroterapia se ha convertido en una solución efectiva y mínimamente invasiva para este problema, eliminando entre el 50% y 80% de las venas tratadas en cada sesión.

De hecho, este tratamiento utiliza inyecciones con una aguja muy fina para mejorar la apariencia de las venas araña y tratar pequeñas várices en las piernas. Además, alivia síntomas como dolor, quemazón, hinchazón y calambres. Lo más sorprendente es que algunos pacientes pueden ver desaparecer las venas durante el mismo tratamiento.

En esta guía completa, explicaremos todo lo que necesitas saber sobre la escleroterapia, desde su funcionamiento hasta los resultados que puedes esperar, para ayudarte a tomar una decisión informada sobre este tratamiento.

¿Qué es la escleroterapia y cómo funciona para eliminar varices?

La escleroterapia es un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en inyectar una sustancia química especial (esclerosante) directamente en las venas varicosas o arañas vasculares. Este tratamiento existe desde 1840, gracias a la invención de la aguja hipodérmica, y ha evolucionado significativamente con el tiempo.

Cuando el esclerosante se introduce en la vena, provoca una irritación controlada del endotelio (capa interna de la vena), causando inflamación, trombosis y posterior fibrosis. Este proceso transforma la vena en un cordón cicatricial por el que no circula sangre. Con el tiempo, el vaso colapsado es absorbido por el tejido local y desaparece completamente.

Los agentes esclerosantes utilizados en este procedimiento se clasifican en tres grupos principales:

  1. Soluciones detergentes: Como el polidocanol, que actúa interfiriendo con la superficie lipídica de las células endoteliales. Es menos doloroso y tiene menor riesgo de pigmentación.
  2. Soluciones osmóticas: Causan deshidratación endotelial por gradiente osmótico.
  3. Agentes químicos o irritantes: Producen un efecto tóxico directo sobre las células endoteliales.

La escleroterapia con microespuma representa un avance significativo en este campo. A diferencia del esclerosante líquido, la microespuma no se mezcla con la sangre sino que la desplaza, permitiendo que el esclerosante contacte homogéneamente con el endotelio. Esto la hace especialmente efectiva para varices más grandes, con resultados que se observan más rápidamente.

El procedimiento dura aproximadamente entre 15 y 60 minutos, dependiendo de cuántas venas se traten y su tamaño. Durante la sesión, se eleva la pierna afectada, se limpia el área y se inyecta el esclerosante con una aguja muy fina. Algunos pacientes sienten un leve ardor o calambre durante la inyección.

Después del tratamiento, el paciente puede seguir con su vida normal inmediatamente. Sin embargo, es recomendable usar vendas o medias de compresión durante aproximadamente dos semanas. Los resultados en venas pequeñas suelen verse en 3-6 semanas, mientras que en venas más grandes pueden tardar 3-4 meses. La tasa de éxito global es de aproximadamente 60-80% en la eliminación de las venas tratadas.

Tipos de varices que pueden tratarse con escleroterapia

No todas las varices son iguales, por eso existen diferentes métodos de escleroterapia para tratar cada tipo específico. La escleroterapia resulta especialmente efectiva para ciertos tipos de problemas venosos.

Las arañas vasculares (telangiectasias) son el candidato perfecto para este tratamiento. Estas pequeñas venas rojas o azules que aparecen principalmente en piernas, tobillos, cara, pecho o abdomen responden excelentemente a la escleroterapia convencional. Pueden parecer líneas cortas del ancho de un cabello o asemejarse a una telaraña, y suelen tratarse con bajas concentraciones de polidocanol (0,18-0,10%).

Las venas reticulares o varices pequeñas y medianas también son ideales para este tratamiento. La escleroterapia es de hecho considerada el tratamiento principal para estas várices de menor tamaño en las piernas, logrando que estas venas desaparezcan en aproximadamente 6 semanas.

Para várices de mayor calibre, la escleroterapia con espuma ha supuesto un avance significativo desde 1993. Esta técnica amplió considerablemente el potencial terapéutico de la escleroterapia, permitiendo tratar varices que tradicionalmente requerían cirugía. Además, es una alternativa valiosa cuando la cirugía está contraindicada en pacientes mayores o con tratamiento anticoagulante.

La escleroterapia también ha demostrado ser altamente eficaz en el tratamiento de úlceras venosas en las piernas. De hecho, alcanza su «más alta cima de éxito» en estos casos, según los especialistas.

Las malformaciones venosas de tamaño pequeño a mediano también pueden beneficiarse de este tratamiento. En malformaciones más pequeñas, es posible eliminar completamente la lesión, mientras que en las de mayor tamaño se consigue una mejora clínica significativa y reducción del tamaño.

Existen tres variantes principales de escleroterapia según la técnica:

  1. Escleroterapia con líquido: utiliza una solución esclerosante líquida, efectiva para venas pequeñas y medianas.
  2. Escleroterapia con espuma: emplea una solución mezclada con gas para crear espuma, especialmente útil para venas más grandes.
  3. Escleroterapia guiada por ecografía: usa ultrasonido para tratar venas más profundas o difíciles de visualizar.

Es importante destacar que la escleroterapia trata las venas ya existentes, pero no previene la formación de nuevas várices.

Datos a tener en cuenta

  • Cantidad y tamaño de las venas: Mayor número de venas o de mayor calibre requieren más tiempo y recursos.
  • Duración del tratamiento: Sesiones más cortas (10-20 minutos) 

Respecto a la cobertura del seguro médico, normalmente no cubre tratamientos considerados «electivos» o cosméticos. Sin embargo, cuando las várices causan síntomas como dolor e incomodidad, siendo médicamente necesario su tratamiento, existe mayor posibilidad de cobertura. Muchas pólizas requieren un período previo de medidas conservativas durante 3 meses antes de aprobar el tratamiento.

En el proceso post-tratamiento de escleroterapia es fundamental entender qué esperar y cómo cuidar adecuadamente las áreas tratadas. Muchos pacientes me preguntan sobre el tiempo de recuperación y posibles efectos secundarios antes de decidirse por este procedimiento.

Durante las primeras 24-48 horas después del tratamiento, recomiendo evitar ejercicios intensos, baños calientes o saunas. Además, es aconsejable caminar diariamente para promover la circulación sanguínea y reducir el riesgo de coágulos.

Aunque la escleroterapia es generalmente segura, pueden aparecer algunos efectos secundarios temporales. Los más comunes incluyen:

  • Enrojecimiento o hematomas en los sitios de inyección, que suelen desaparecer en pocos días
  • Hiperpigmentación (manchas oscuras) que puede durar entre 3 y 12 meses
  • Pequeñas úlceras en puntos de inyección, especialmente en casos de escleroterapia mal hecha
  • Sensación de hormigueo o ardor durante algunos días

Es importante mencionar que una escleroterapia mal realizada puede ocasionar complicaciones como necrosis cutánea, tromboflebitis superficial o reacciones alérgicas en casos muy raros.

En cuanto a los resultados, ¿cuándo son visibles? Normalmente, los primeros cambios aparecen entre 3 y 6 semanas después del tratamiento. Sin embargo, para resultados óptimos, suelen necesitarse entre 2 y 4 sesiones separadas por unas 4-6 semanas. Las fotografías de escleroterapia antes y después muestran claramente la efectividad del procedimiento cuando es realizado por profesionales experimentados.

Por otra parte, las medias de compresión juegan un papel crucial en el post-tratamiento. Deben usarse continuamente durante 24-72 horas después de la intervención y posteriormente durante el día por aproximadamente dos semanas. Esto mejora significativamente los resultados y reduce las posibilidades de complicaciones.

Finalmente, aunque los resultados de la escleroterapia pueden ser permanentes para las venas tratadas específicamente, cabe destacar que no previene la formación de nuevas varices. Por eso, mantener un peso saludable, evitar estar de pie por períodos prolongados y realizar ejercicio regular son medidas importantes para preservar los resultados a largo plazo.

Conclusión

La escleroterapia representa una solución definitiva para quienes buscan eliminar las varices de manera efectiva y mínimamente invasiva. Durante mi experiencia profesional, he observado que los pacientes que siguen correctamente las indicaciones post-tratamiento obtienen resultados sobresalientes.

Sin duda, este procedimiento ofrece ventajas significativas: sesiones cortas, recuperación rápida y resultados visibles en pocas semanas. Aunque el costo puede variar según diversos factores, la inversión vale la pena considerando la mejora tanto estética como en la calidad de vida.

Es importante recordar que, si bien la escleroterapia elimina las venas tratadas de manera permanente, mantener un estilo de vida saludable resulta esencial para prevenir la aparición de nuevas varices. Los pacientes que combinan el tratamiento con ejercicio regular y buenos hábitos consiguen los mejores resultados a largo plazo

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