¿Existe relación entre la belleza y el éxito?

Hay una conocida frase rodando por Internet desde hace años que dice que «la moral tiene criterios estéticos». Esta cita suele venir con la firma de Nietzsche, aunque otras veces aparece junto a una imagen de Schopenhauer. La sentencia en cuestión busca poner en evidencia un comportamiento contradictorio de nuestra especie, que siente asco por las cucarachas pero muestra admiración por las mariposas de colores. Pese a que la aversión a las cucarachas puede explicarse fácilmente por su historial como vectores de enfermedades, lo cierto es que toda la vida del ser humano se rige por criterios estéticos. Estos juicios pueden cambiar mucho en el tiempo y en el espacio, ya que responden a los entramados sociales y culturales de nuestra especie. Sin embargo, no hay cultura que no flaquee ante sus concepciones estéticas.

¿La belleza afecta a nuestra relación con el entorno? 

No son pocos los estudios que buscan entender qué es bello y qué no, así como la relación que existe entre el atractivo físico y el éxito. Se ha llegado a comprobar que los niños más atractivos suelen obtener mayor atención de sus padres y maestros. Al ir creciendo, la atención extra que reciben contribuye a la formación de personalidades más seguras y decididas. Cuando se preparan para entrar a la vida laboral, los individuos atractivos tendrán más posibilidades de ser seleccionados para un cargo, tanto por el influjo de su apariencia como por el conjunto de rasgos de su personalidad que inspiran mayor confianza al empleador. También se ha observado la incidencia del atractivo físico en los juzgados. Aunque parezca difícil de pensar, las personas atractivas tienen más posibilidades de ser declaradas inocentes en un juicio o suelen recibir condenas menos severas.

Curiosamente, cuando se trata de ciencia, la gente tiende a considerar más confiables las opiniones de científicos poco atractivos y a tomar menos en serio las de los científicos bien parecidos. Así lo determinaron investigaciones de las universidades de Essex y Cambridge. Sin embargo, esos mismos estudios concluyeron que los proyectos de los científicos atractivos habían generado mayor interés. Es decir, que el éxito de una investigación científica también podría verse beneficiada o perjudicada por nuestra percepción de la belleza. ¡Punto para los guapos, otra vez!

¿Por qué adoramos la belleza?

La proporción parece ser un factor importantísimo para valorar la belleza. Aunque sabemos bien que ningún cuerpo es perfectamente simétrico, hay documentación que prueba que los rostros que guardan una mayor correspondencia entre sus dos mitades son relacionados con el atractivo físico y la salud del individuo. De igual manera, hay rasgos que se asocian con masculinidad o feminidad y que despiertan el interés de sus potenciales parejas. Esto es algo que opera muy primitivamente en nuestro cerebro animal, que sigue programado para reconocer y obtener las mejores posibilidades de supervivencia y prolongación de su estirpe.

Así, por ejemplo, un hombre alto, de buena contextura y con una barbilla fuerte (rasgos que se desarrollan con la intervención de la testosterona), indican a la mujer que podría encontrarse frente a un espécimen saludable y apto para la reproducción. En cuanto a las mujeres, unos senos grandes parecen decir claramente “abundancia de alimento para la cría”. En conclusión, el cerebro está programado para reconocer rasgos de belleza instintivamente. ¿Irracional? sí, ¿infalible?, no. ¿Digno de tomar en cuenta?, sin duda.

Los especialistas de Novoclinic pueden ayudarte a identificar y mejorar los elementos de tu aspecto físico que te generan inseguridad, para que puedas vivir una vida más plena y exitosa.

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